20/2/09

QUINCE MINUTOS (www.criaryamar.com)

Las mamás que trabajamos, disponemos de contados minutos para estar con nuestros hijos. El rato de verlos es entre cacerolas y sartenes, y el baño diario y el orden de la habitación.

Las que estamos todo el día con los peques, sentimos que estamos TODO EL DIA con ellos, pero si desmenuzamos la cosa, vemos que ellos anduvieron detrás nuestro durante toda la mañana y nosotras diciéndoles "espera, ahora no, en un ratito." Luego llegó el momento de jugar, y sonó el teléfono y nos enganchamos media hora, y luego se hizo la hora de comer. Los hemos bañado, les quitamos los piojos y los hicimos dormir la siesta. Y llega la noche, y estamos hasta la coronilla de ellos.

Dedicar quince minutos a nuestros hijos consiste en esto:

Nos sentamos en el suelo. Es fundamental que estemos a su altura.
Durante este rato, estamos con ellos, EXCLUSIVAMENTE. Esto es que no tendremos el pollo en el horno, ni atendemos el teléfono, ni les enseñamos cómo se juega al dominó.
Estamos allí, para ellos, a disposición.

Si eligen hacer un trencito con el dominó, pues bien. Allá vamos. Esto va para los recién nacidos, y para el adolescente de 15 años. El tema es que cuando nos disponemos a hacerlo, no damos cuenta del escaso tiempo que pasamos con nuestros hijos, de que creemos que estuvimos pero no estuvimos, y comprendemos cuán pacientes y tolerantes son, porque viven aceptando nuestras postergaciones. Claro que cuando se hartan de nosotros y nos lo hacen saber, los tildamos de "caprichosos" y listo.

La mitad más una de nosotras diremos que no tenemos tiempo. Y puede que sea verdad. Me incluyo. Pero si lo pensamos, pasamos mucho más tiempo aguantando berrinches, o discutiendo, o intentando que ordenen sus cuartos, que se bañen o que colaboren en la casa. Y todo esto es mucho más fácil de lograr cuando ellos ya han tenido lo que necesitaban: a nosotras.
Es prácticamente imposible tolerar esos quince minutos.
Se nos ocurren 400 cosas para hacer, que anotar, decimos "un segundito y vengo" y nos escapamos. Es muy fuerte estar frente a este espejo que son nuestros hijos, simplemente no haciendo nada.

Busque compartir con su hijo ese pequeño momento, ¡que son quince minutos al día!.
Da igual que sea jugando, pintando, disfrazándonos, cocinando, leyendo un cuento en la cama, bañándonos con ellos, …
LO IMPORTANTE ES QUE ELLOS NOS GUIEN.

… POR FAVOR, HAGANLO Y VERAN LOS OJOS DE SU HIJO BRILLAR!!!!!
Estemos disponibles para ellos.
Dejemos que lleven la iniciativa y nos enseñen algo.
Ocurren maravillas.