OBSERVAR: Si nos anticipamos a la rabieta estaremos mas preparados para afrontarla.
ESCUCHAR Y COMPRENDER: Lo que tu hijo quiere decirte es importante para él. Debemos tomarlos en serio. Hacerles entender que nos hemos dado cuenta de qué es lo que quieren:
“Te gusta mucho esto, verdad?, pero …”
"Entiendo que quieres esto, pero...."
"Cariño, es que así no entiendo lo que me dices, ¿te calmas un poquito y me lo pides hablando?.
PACIENCIA Y TRANQUILIDAD: Si pierdo los nervios, puedo recuperarlos. Para ello tengo las siguientes herramientas:
1) Contar hasta 89.432
2) Repetir: "paciencia, paciencia, …"
3) Alejarse o buscar una distracción relajante para calmarse.
4) Relajarse: Respirar hondo, masajearnos el cuello o la sien, …
Si después de todo pierdo los nervios: debería pedir perdón a mi hijo y explicar mis sentimientos dándole un fuerte abrazo.
ABRAZO ESPECIAL: Abrazarle y susurrarle cosas del estilo "que enfadado está mi chiquitín, ya le pasa, ya le pasa...". Sino se deja, dejarlo desahogarse.
HUMOR: no hay cosas que si las miran 'de lejos' parecen graciosas?
Desconcertarles haciendo algo inesperado: decirle las cosas cantando, bailar, poner caras, cambiar de sitio, pegar saltos y carreras, bailar...
SEGURIDAD: Sentirse seguro de uno mismo y de que va a saber manejar la situación. No dudar. Hacer lo que nos pida el corazón.
COHERENCIA: Si hay un “no” que sea realmente justificado y coherente. Analizar en que situaciones es realmente importante el poner límites. Vale la pena estar todo el día diciéndole “no” a todo?
EXPLICAR: Pausada y serenamente las cosas.
CONFIAR EN EL: Mi hijo es un encanto y estoy segura de que va a hacer lo correcto. Sonreír y decirle "sé que eres un buen chico y que vas a hacer lo correcto".
RELATIVIZAR: Analizar la situación: ¿vale la pena enfadarse tanto? ¿es realmente importante este límite?
EXTRAPOLAR: Si tú tienes derecho a salirte de la línea recta, tu hijo también.
FOMENTAR LA EMPATIA: Intenta ver las cosas desde el punto de vista de tu hijo.
CAMBIA EL CONTEXTO: Realizar otra tarea que les guste/relaje para que olviden el motivo de la rabieta.
RECOGIMIENTO/MEDITACION/SEPARACION: Nunca como castigo, sino para desahogo, cambio de contexto o para recuperar la serenidad. Mejor, acompañado.
ENSEÑARLE A PONERSE EN EL LUGAR DE LOS DEMAS: A ti te gustaría que te hicieran eso?
PACTAR/NEGOCIAR: Si tú hacer lo que yo te pido, luego harás lo que tu me pides (si se puede).
SI HACE ALGO REALMENTE PELIGROSO: El NO debe ser enérgico.
SIEMPRE, SIEMPRE, HABLAR A LOS NIÑOS A SU ALTURA: Agachándonos y cogiéndolos en brazos.
NO CONTAGIARNOS DE SUS EMOCIONES: no ponernos a su nivel y pillarnos una rabieta nosotros también.
JUGAR: Sorprenderles haciéndole cosquillas o intentando que dibuje su enfado.
BORRON Y CUENTA NUEVA: De acuerdo, ¿empezamos de 0?. Darle la mano: "a mí no me gusta estar enfadada, prefiero estar contenta y tú?"
ESCUCHAR Y COMPRENDER: Lo que tu hijo quiere decirte es importante para él. Debemos tomarlos en serio. Hacerles entender que nos hemos dado cuenta de qué es lo que quieren:
“Te gusta mucho esto, verdad?, pero …”
"Entiendo que quieres esto, pero...."
"Cariño, es que así no entiendo lo que me dices, ¿te calmas un poquito y me lo pides hablando?.
PACIENCIA Y TRANQUILIDAD: Si pierdo los nervios, puedo recuperarlos. Para ello tengo las siguientes herramientas:
1) Contar hasta 89.432
2) Repetir: "paciencia, paciencia, …"
3) Alejarse o buscar una distracción relajante para calmarse.
4) Relajarse: Respirar hondo, masajearnos el cuello o la sien, …
Si después de todo pierdo los nervios: debería pedir perdón a mi hijo y explicar mis sentimientos dándole un fuerte abrazo.
ABRAZO ESPECIAL: Abrazarle y susurrarle cosas del estilo "que enfadado está mi chiquitín, ya le pasa, ya le pasa...". Sino se deja, dejarlo desahogarse.
HUMOR: no hay cosas que si las miran 'de lejos' parecen graciosas?
Desconcertarles haciendo algo inesperado: decirle las cosas cantando, bailar, poner caras, cambiar de sitio, pegar saltos y carreras, bailar...
SEGURIDAD: Sentirse seguro de uno mismo y de que va a saber manejar la situación. No dudar. Hacer lo que nos pida el corazón.
COHERENCIA: Si hay un “no” que sea realmente justificado y coherente. Analizar en que situaciones es realmente importante el poner límites. Vale la pena estar todo el día diciéndole “no” a todo?
EXPLICAR: Pausada y serenamente las cosas.
CONFIAR EN EL: Mi hijo es un encanto y estoy segura de que va a hacer lo correcto. Sonreír y decirle "sé que eres un buen chico y que vas a hacer lo correcto".
RELATIVIZAR: Analizar la situación: ¿vale la pena enfadarse tanto? ¿es realmente importante este límite?
EXTRAPOLAR: Si tú tienes derecho a salirte de la línea recta, tu hijo también.
FOMENTAR LA EMPATIA: Intenta ver las cosas desde el punto de vista de tu hijo.
CAMBIA EL CONTEXTO: Realizar otra tarea que les guste/relaje para que olviden el motivo de la rabieta.
RECOGIMIENTO/MEDITACION/SEPARACION: Nunca como castigo, sino para desahogo, cambio de contexto o para recuperar la serenidad. Mejor, acompañado.
ENSEÑARLE A PONERSE EN EL LUGAR DE LOS DEMAS: A ti te gustaría que te hicieran eso?
PACTAR/NEGOCIAR: Si tú hacer lo que yo te pido, luego harás lo que tu me pides (si se puede).
SI HACE ALGO REALMENTE PELIGROSO: El NO debe ser enérgico.
SIEMPRE, SIEMPRE, HABLAR A LOS NIÑOS A SU ALTURA: Agachándonos y cogiéndolos en brazos.
NO CONTAGIARNOS DE SUS EMOCIONES: no ponernos a su nivel y pillarnos una rabieta nosotros también.
JUGAR: Sorprenderles haciéndole cosquillas o intentando que dibuje su enfado.
BORRON Y CUENTA NUEVA: De acuerdo, ¿empezamos de 0?. Darle la mano: "a mí no me gusta estar enfadada, prefiero estar contenta y tú?"
