Las luchas de poder crean distancia y hostilidad en lugar de cercanía y confianza. La distancia y la hostilidad crean resentimiento, resistencia y rebeldía (o conformismo con baja autoestima). La cercanía y la confianza crean un ambiente seguro para el aprendizaje. Puedes tener influencia positiva sólo en una atmósfera de cercanía y confianza donde no haya temor, ni culpa, vergüenza o dolor.
Debemos tener en cuenta siempre que se necesitan dos personas par dar lugar a un lucha de poder.
Nunca he visto a un niño con aires de poder sin un adulto con aires de poder cerca de él. Los adultos necesitan retirarse de las luchas de poder sin ganar y sin ceder.
Debemos tener en cuenta siempre que se necesitan dos personas par dar lugar a un lucha de poder.
Nunca he visto a un niño con aires de poder sin un adulto con aires de poder cerca de él. Los adultos necesitan retirarse de las luchas de poder sin ganar y sin ceder.
Necesitamos crear una atmósfera en la cual ambas partes salgan ganando.
Las siguientes sugerencias enseñan a los niños importantes habilidades incluyendo autodisciplina, responsabilidad, cooperación y habilidad para resolver problemas en lugar de conformarse por necesitar aprobación de manera enfermiza o rebeldía:
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# Decide lo que vas a hacer y explicaselo al niño
Te leeré un cuento después de que te cepilles los dientes. Sólo cocinaré en una cocina limpia. Conduciré sólo cuando los cinturones de seguridad estén abrochados. Me estacionaré en la orilla de la carretera cuando los niños estén peleando.
Frases cortas, incluso solo palabras: "Juguetes", "Dientes", etc...
Crear juntos una Tabla de rutinas, un Horario, una Hoja de recompensas, ...
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# La clave es aplicar firmeza y amor al mismo tiempo.
Los niños aprenden más de acciones firmes y amables que de palabras (apartarse o pararse sin decir una palabra funciona más que un grito).
Con los más pequeños funciona la distracción, a los mayores hay que apartarles de lo que están haciendo hasta que su comportamiento cambie (pero puedes incluso quedarte con ellos).
# Hazle pensar
Preguntales cosas como: Cómo comeremos si no se pone la mesa? ¿Qué sigue ahora en nuestro cartelón de rutina diaria? ¿Cuál fue nuestro acuerdo acerca de lo que pasaría a los juguetes que nos son recogidos? ¿Cómo te sientes con respecto a lo que pasó? ¿Qué ideas tienes para resolver el problema?
Planifica reuniones familiares y deja que hagan una lluvia de ideas para encontrar una solución
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# Escúchale
Trata de entender lo que dice y lo que quiere decir dejándole que se exprese y sienta que puede confiar en tí.
No le interrumpas: abrázale, cógele la mano, ...
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# Consigue que se involucre
Dile cosas como: “No puedo obligarte, pero realmente necesito tu ayuda”.
Usa tu sentido del humor para conseguir lo que quieres
Déjale elegir dándole solo un par de opciones: ¿Quieres hacer la tarea antes o después de la cena? ¿Quieres el vestido rojo o el azul?
